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viernes, 17 de junio de 2016

LEYENDO: La Paloma, Patrick Süskind

La paloma Patrick Süskind:




La Paloma de Patrick Süskind es una lectura que hice alrededor del año 2008 como requisito de una materia en la universidad. Era Letra 014, así se llamaba la materia. Fue la segunda asignación, antes ya habíamos leído a Sidharta de Herman Hesse. 


Dentro de lo que cabe esperar, para mí leer una novela, más bien corta como lo es esta, no representa ningún inconveniente, puesto que me gusta leer y que mí padre desde los doce me enseñó la manera de realizar análisis literarios de manera no sencilla, pero al menos práctica. 


Lo que me resultó en un dolor de cabeza fue el contenido de esta novela, que no es más que La Paloma. ¿Porqué este dolor de cabeza con una lectura que acabo de tachar de corta? Por el simple motivo de que yo !ODIO LAS AVES! Me aterrorizan las aves. 


Y Patrick Süskind en esta novela, no solo usa La Paloma como un título o un ser sobre el que darle un eje a la trama, sino que convierte a este feo animal en el co-protagonista, en el antagonista de este relato. Empeñándose por ello en describirla de una manera tan detallada, como realista. 


Así fue como por fuerza del destino me vi leyendo esta historia, y me vi viviendo el terror del protagonista. Me encontré dándole la razón a cada una de sus acciones, y les juro que sentir crecer cada día más en mí el temor a las aves. 


Sobre esta novela, tengo poco que decir. Más allá de ser un relato terrorífico (seguro que para muchos es una especie de broma del autor... para otros les aseguro que no es así), tiene mucho que pagarle a la psicología. Además, y a pesar de todo, es un relato magistralmente dominado por el autor, quien en ningún momento dejar caer el suspense con el que empieza la novela. De igual manera, te ofrece un final que te deja con el gusto de una excelente lectura. 


Eso sí, La Paloma de Patrick Süskind no es acta para miedosos de las aves, a menos que quieran poner en práctica una solución de choque para quitarse el miedo. En mí caso pasó todo lo contrario. 


Creo que voy a preparar una lista de todo lo que he leído para compartirla por mis redes sociales, a ver quien más las ha leído y compartir experiencias. 


Atentamente, La Autora.- 

martes, 31 de mayo de 2016

La Cuestión de Crear un Personaje.



Cuando decidí unirme al Reto del Juntaletras pensaba que escribir una novela en 12 meses resultaría cosa de pan comido. Fuera de esa manera, sí solo tuviera que describir lugares  y situaciones, pero ¿qué sería de una historia sin personajes?


Los personajes, siendo personas o cosas, son la esencia misma de lo que se narra, cuestión esta por la que hay que cuidar tanto su creación. A veces un solo personaje, y la confluencia de este con su entorno son los que forman la historia. A veces un personaje, más que una situación, es el que decide la trama de una novela.


Y no estoy hablando por el simple hecho de hablar (o de escribir en este caso), sino que en la misma Literatura podemos encontrar obras quasi uni-personajes, como por ejemplo La Metamorfosis de Franz Kafka. Y solo por mencionar algunas.


Antes de ponerme el reto o la tarea de terminar de escribir al menos una historia de las tantas que pueblan mí inquieto cerebro, este tipo de novelas, cuentos o pequeñas historias donde un único personaje era el universo de la trama me resultaban aburridas, muy filosóficas, muy egocéntricas y hasta esnobistas. Pero la verdad es que en estos meses he tenido que reprogramar mí percepción de ellas y en cambio loar a esos escritores que han sido capaces de desarrollar la historia de un personaje, porque la verdad dar forma de la nada a un ser humano imaginario es increíblemente extenuante.


La Cuestión de Crear un Personaje va más allá de solo querer escribir sobre un ser; podríamos empezar a hacerlo de esa manera: queriendo que todo cuanto vaya a formar parte de nuestra historia tome la forma que caprichosamente queremos. Lo que no tenemos en cuenta es que un PERSONAJE no es un objeto inanimado. Se trata de un ser humano... imaginario sí, pero un ser humano al fin y al cabo.


Y en ese aspecto es que reside La Cuestión de Crear un Personaje, y es que los seres humanos somos complejos, inexplicables, impredecibles... no somos ni buenos, ni malos, o al menos la mayoría no llega a los extremos de ambas polaridades. Siempre somos mitad blanco, mitad negros. Y así son los personajes, entes intensos con voluntad de ser como ellos decidan ser.


Está bien que nosotros lo que escribimos, los que nos inventamos la historia, somos los que forjamos a estos personajes, podríamos forzarlos a ser lo que queramos. Pero no podemos por el bienestar de nuestra historia, solo colocar nombres en la narración que vaguen de un lugar a otro de nuestro mundo imaginario sin aportar nada.


Por ejemplo, en mí novela en ciernes Aenigma, o el grito silente apareció (por decirlo de alguna manera) un personaje como en el quinto capítulo; se perfiló y dibujó casi con voluntad propia; yo lo he dejado ser porque la realidad es que sinceramente no sé que hacer con él. Luego de otro capitulo más, me he dado cuenta de que este personaje siempre ha estado ahí, desde el inicio de la historia en el rincón más oscuro de mí cerebro, y que en realidad es el dueño de la historia sin serlo totalmente.


¿Cómo? ¿Porqué? Pues es simple, y me haré spoiler yo misma (aunque quizás nunca llegue a publicar mí historia) mí personaje es el pueblo mismo donde se desarrolla la historia que estoy escribiendo.


En cuanto a La Cuestión de Crear un Personaje, creo recomendable (sí sé está escribiendo una novela) que el autor se centre más en algunos que en otros, es decir, identificar esos personajes que desde el principio vibrán con más fuerza.


Releer el borrón de vez en cuando también es primordial para estar pendiente de la evolución de los personajes, porque creo que a veces un personaje va mostrando facetas muy disimiles de capitulo en capitulo y a veces se hace necesario parar esa evolución en un solo personaje y dividirlo en uno o más. Al menos en mí humilde opinión creo que esto es lo más saludable para un escritor novel porque un personaje muy complejo puede terminar bloqueando el resto de la historia.



Otra cosa sumamente importante desde mí punto de vista, es darle un nombre a cada personaje. La denominación especifica de cada personaje hace más comprensible su papel dentro de la historia, y no lleva a error en el futuro lector, y hasta en el mismo escritor. Este punto puede resultar obvio, redundante, y hasta tonto pero les aseguro que no lo es. He tenido el honor de leer unos cuantos borradores y les puedo contar que en una gran mayoría había personajes que se perfilaban con faceta de importantes dentro de la historia sin un nombre, o una denominación. Y por nombre no tiene que ser algo así como Señor Feliciano de la Fuente Pellerano Castro, jamás (aunque sí les nace así, está bien), la cuestión es solo saber quien es.


Cada autor, cada juntaletras, tiene La Cuestión de Crear un Personaje, y se enfrenta de una manera particular a la creación de cada uno. Cada quien debe de desarrollar una estrategia que le permita salir del bache que esta cuestión le presenta, sin poner en peligro de demora el resto de la historia.


Acá les voy a compartir algunos trucos que he puesto en práctica para mejorar La Cuestión de Crear un Personaje:


1.- Crear Fichas de cada Personaje: las fichas pueden ser pequeñas anotaciones en el borde de cada página, no tiene que ser algo muy elaborado, aunque sí prefieren pueden hacer algo más acabado y profesional. Lo importante de éstas fichas es que contengan todas las características que tendrá cada personaje, desde las físicas hasta las sentimentales.

2.- Desarrollar pequeñas historias de cada personaje: las historias pueden ser escritas o no. La importancia de esto expide visualizar la  importancia de cada personaje desde su punto de vista independiente. A veces estas pequeñas historias podrían terminar formando parte de la historia general.

3.- Darle un rango dentro de la obra: es decir, desde el inicio ubicarlo dentro de un rango de importancia. Sí será un personaje importante, secundario, de paso, o personajes de quita y pon. 

4.- Crear más de un personaje: esto lo mencioné más arriba en el texto de esta entrada. Esto se da cuando un personaje se vuelve demasiado complejo y nos cuesta sobrellevar la historia con él.  El primer consejo es tratar de fraccionarlo, es decir, multiplicarlo por más de un personaje. La historia al fin y al cabo es tuya, la puedes moldear a tú gusto, así que sí un personaje se te está poniendo muy grande, lo primero que debes hacer es tratar de enmendar, o sí no...

5.- Quitarle la vida antes de que te ahogue la historia: ésta es ya la última opción.  A veces es inevitable: hay personajes que nacieron para morir (como los personajes de quita y pon y algunos de paso), pero a veces se da que personajes importantes tienen que ser eliminados en beneficio de la historia completa. No podemos dejar que nos ahogue la historia: o lo fraccionamos o los eliminamos. Y sí están escribiendo una saga, bueno pues, ya tendrán espacio para revivirlo cuando nos sintamos capaces de dar con él. 


Así que ya saben, La Cuestión de Crear un Personaje es algo de cada autor y de cada historia. Pero se puede solucionar, lo importante es no dejarnos comer por nuestras creaciones. 


Hasta una próxima entrada... ya ando con más ánimos de éste lado.



Atentamente,  La Autora.-




viernes, 4 de marzo de 2016

Las Musas como fuentes de Inspiración.

"No camines detrás de mí, puedo no guiarte.
No andes delante de mí, puedo no seguirte.
Simplemente camina a mi lado y sé mi amigo"
Albert Camus,
novelista y dramaturgo
francés, Nobel de Literatura.


"Cuéntame, Musa, la historia del hombre de muchos senderos,
que, después de destruir la sacra ciudad de Troya,
anduvo peregrinando larguísimo tiempo"
 Homero, Odisea I


Mitolog�a griega: Las Musas:


Las Musas, la musa, mí misa, tú musa, tantas veces nombradas, tantas veces invocadas, su llamada es una constante en el mundo artístico tanto que cualquier ser humano a escuchado semejante frase. 

                                                        
                                                            ¿Qué son las Musas?


Según la mitología griega, cuna de su culto, las musas eran esencialmente diosas inspiradoras. En principio, cuando el culto aun estaba brotando, eran inspiradoras de la música pero conforme fue progresando el culto (y el desarrollo didáctico del hombre griego) las musa pasaron a ser las divinidades que presidían los tipos de poesía, y hay que entender como poesía en el mundo heleno toda una gama artística que abarca desde la música y el baile, hasta la poesía como tal, la prosa y hasta la historia. Es bueno tener esto en cuenta para entender luego a cada una de las Musas y sus atribuciones. 


Los helenos, o griegos, solo conocían el estilo lírico a la hora de producir. Es bien conocido que los filósofos griegos escribieron sus ideas en este estilo, y que hasta los matemáticos del rango de Pitagoras hicieron lo mismo. 


La música y la poesía eran considerada dos versiones del mismo arte, por esa razón las Nueve Musas que conocemos hoy en día son inspiradoras de una u otra manera. 


Ahora bien, el culto a las Musas como fuentes de Inspiración no está muy bien definido, puesto que existen varias versiones sobre su nacimiento y su genealogía. En principio, cuando las Musas solo eran tres divinidades, se decía que eran seres elementales hijas de Urano y Gea, aunque con el tiempo se llegó a decir que eran hijas de Zeus y de Mnemósine, quien era la diosa de la memoria, con el tiempo estas diosas llegaron a ser nueve y así continuaron hasta nuestros días. 


Al igual que su origen, el nombre de Musas no tiene una etimología muy clara que digamos, pero entre los orígenes más aceptados está que deriva probablemente de la raíz indoeuropea *men-, que es también el origen del griego Mnemósine, del latín Minerva, y de las palabras castellanas mente y museo. O, alternativamente, de *mont-, ‘montaña’, debido a su residencia en el monte Helicón, que es menos probable en significado, pero más probable lingüísticamente. Las Musas eran por tanto las personificaciones y las patrocinadoras de las representaciones de discursos en verso o mousike (de donde proviene «música»), ‘arte de las Musas’.


Las Musas son invocadas típicamente al principio, o cerca, de un poema épico o historia clásica griega. Servían de ayuda a un autor, o como auténtico orador del que el autor no era más que la voz. Originalmente la invocación a las musas era una indicación de que el orador se movía en la tradición poética, de acuerdo a las fórmulas establecidas.Esto es muy común en las grandes epopeyas greco-romanas que han llegado hasta nuestros días, por ejemplo las de Homero, las de Virgilio y los demás poetas griegos. Todos invocaron a las Musas, o solo a una de ellas. 


En los poemas homéricos se considera a las Musas diosas de la música y la poesía que viven en el Olimpo. Allí cantan alegres canciones en las comidas de los dioses, y en el funeral de Patroclo cantaron lamentos. De la estrecha relación existente en Grecia entre la música, la poesía y la danza puede también inferirse que una de las ocupaciones de las Musas era el baile. Como se las adoraba en el monte Helicón eran naturalmente asociadas con Dioniso y la poesía dramática, y por esto eran descritas como sus acompañantes, compañeras de juego o niñeras.

El poder que se les atribuye con más frecuencia es el de traer a la mente del poeta mortal los sucesos que ha de relatar, así como otorgarle el don del canto y darle elegancia a lo que recita. No hay razón para dudar de que los poetas más antiguos eran sinceros en su invocación a las Musas y que realmente se creían inspirados por ellas, pero en épocas posteriores, al igual que en la actualidad, tal invocación es una mera imitación. 

Al ser diosas del canto, están naturalmente relacionadas con Apolo, el dios de la lira, quien también instruía a los bardos y era mencionado junto a ellas incluso por Homero. En épocas posteriores Apolo es situado en muy estrecha relación con ellas, pues se le describe como jefe del coro de las Musas con el epíteto Musageta (Μουσαγέτης).

Otra característica más de las Musas es su poder profético, que les pertenece en parte porque eran consideradas como ninfas inspiradoras y en parte por su relación con Apolo, el dios profético de Delfos. De ahí que instruyeran, por ejemplo, a Aristeo en el arte de la profecía.

Como los poetas y los bardos obtenían su poder de las Musas, y aunque la idea más general es que, como las demás ninfas, eran divinidades virginales, algunos eran con frecuencia llamados sus discípulos o hijos.


Las Musas, o diosas de la Inspiración.

Por Pausanias sabemos que originalmente se adoraba a tres Musas en el monte Helicón en Beocia: Meletea (‘meditación’), Mnemea (‘memoria’) y Aedea o Aoide (‘canto’, ‘voz’). Se decía que su culto y nombres habían sido introducidos por vez primera por Efialtes y Oto. Juntas formaban el retrato completo de las precondiciones para el arte poético en las prácticas religiosas.

También se reconocía a tres en Sición,donde una de ellas llevaba el nombre de Polimatía, y en Delfos, donde sus nombres eran idénticos a los de las tres cuerdas de la lira, es decir, NeteMese e Hípate, o CefisoApolonis y Boristenis, que eran los nombres que las caracterizaban como hijas de Apolo.

Como hijas de Zeus y Plusia se hallan menciones a cuatro Musas: Telxínoe (‘deleite del corazón’), AedeaArque (‘comienzo’) y Meletea. Algunas fuentes, en las que otra vez son consideradas hijas de Píero, mencionan siete musas: NeiloTritoneAsopoHeptaporaAcheloisTipoplo y Rhodia, y por último otras mencionan ocho, que también se dice que era el número reconocido en Atenas.

Al final terminaría consolidándose en toda Grecia el número de nueve Musas. Homero menciona unas veces a una Musa (singular) y otras a unas Musas (plural), pero sólo una vez dice que eran nueve. Sin embargo, no menciona ninguno de sus nombres. Hesíodo es el primero que da los nombres de las nueve, que a partir de entonces pasaron a ser reconocidos. Plutarco afirma que en algunos lugares las nueve eran llamadas por el nombre común de Mneiae, ‘recuerdos’.

Las nueve musas canónicas son:


  Calíope (Καλλιόπη, ‘la de la bella voz’); musa de la elocuencia, belleza y poesía épica (canción narrativa).Se la representa con las características de una muchacha de aire majestuoso, llevando una corona dorada, emblema que según Hesíodo indica su supremacía sobre las demás musas. Se adorna con guirnaldas, llevando una trompeta en una mano y un poema épico en la otra.


CALIOPE:
Caliope. Fuente.


Clío (en griego Κλειώ Kleiô, de la raíz κλέω kleô, ‘alabar’ o ‘cantar’) es la musa de la historia y de la poesía heroica. Se la suele representar como una muchacha coronada con laureles, llevando una trompeta en la mano derecha y un libro de Tucídides en la izquierda. A estos atributos se une a veces el globo terráqueo sobre el que posa y el Tiempo aparece junto a él, para mostrar que la Historia abarca todos los lugares y todas las épocas.
José Luis Muñoz  - Clio  mitología griega, Clío (en griego Κλειώ Kleiô, de la raíz κλέω kleô, ‘alabar’ o ‘cantar’) es la musa de la historia y de la poesía heroica. Como todas las musas, es hija de Zeus y Mnemósine. Clío tuvo un hijo con Píero, rey de Macedonia, llamado Jacinto. Algunas fuentes afirman que también fue madre de Himeneo.:
Clío. Fuente.

                    Erato (Ἐρατώ, ‘la amorosa’); musa de la poesía lírica-amorosa (canción amatoria).Desde el Renacimiento, se la representa coronada con mirto y rosas, llevando una pequeña lira o una cítara entre sus manos, instrumento de cuerda que Hermes inventó. En otras iconografías se la representa llevando una flecha de oro, como reminiscencia del ‘eros’, ese sentimiento que ella inspira. A sus pies, generalmente hay 2 tórtolas picoteando y, a veces, a su lado la acompaña el amor alado (el dios Eros) provisto de un arco, flechas, carcaj y, algunas veces, de una antorcha encendida.

Catherine La Rose: ✿ Jose Luis MUÑOZ LUQUE ✿:
Erato. Fuente.

     
 Euterpe (Ευτέρπη, ‘la muy placentera’); musa de la música, especialmente del arte de tocar la flauta.Por lo general se la representa coronada de flores y llevando entre sus manos el doble-flautín. En otras ocasiones se la representa con otros instrumentos de música: violines, guitarras, tambor, etcétera. A finales de la época clásica se la denominaba musa de la poesía lírica, y se le representaba con una flauta en la mano.


José Luis Muñoz:
Euterpe. Fuente.

Melpómene (Μελπομένη, ‘la melodiosa’); musa de la tragedia. Es una de las dos Musas del teatro. Inicialmente era la Musa del Canto, de la armonía musical, pero pasó a ser la Musa de la Tragedia como es actualmente reconocida.se la representa ricamente vestida, grave el continente y severa la mirada, generalmente lleva en la mano una máscara trágica como su principal atributo, en otras ocasiones empuña un cetro o una corona de pámpanos, o bien un puñal ensangrentado. Va coronada con una diadema y está calzada de coturnos. También se la representa apoyada sobre una maza para indicar que la tragedia es un arte muy difícil que exige un genio privilegiado y una imaginación vigorosa. Un mito cuenta que Melpómene tenía todas las riquezas que podía tener una mujer, la belleza, el dinero, los hombres, solo que teniéndolo todo no podía ser feliz, es lo que lleva al verdadero drama de la vida, tener todo no es suficiente para ser feliz.

Melpomene by José Luis Muñoz Luque:
Melpómene. Fuente.


Polimnia (Πολυμνία, ‘la muchos himnos’); musa de los cantos sagrados y la poesía sacra (himnos).Se le suele representar toda vestida de blanco, recostada o apoyando el codo sobre un pedestal o una roca, en actitud de meditación (pensando) con un dedo puesto en la boca. Otras veces, se la representa llevando unas cadenas como símbolo del poder que ejerce la elocuencia. En otras representaciones, aparece cubierta por un velo, mostrando su carácter sagrado.

Polimnia (or Polyhymnia), was the muse of sacred religious music & poetry. Polyhymnia is sometimes thought of as the muse of thinkers & geometry because she herself is such a deep thinking person. Polyhymnia was a deep thinker. Compared to the other muses Polyhymnia was very serious and conservative. She is always shown wearing a long modest dress with a cloak like veil. Art by José Luis Muñoz Luque:
Polimnia. Fuente.

Talía (Θάλεια o Θαλία, ‘la festiva’); musa de la comedia y de la poesía bucólica.Era una de las dos musas del teatro, la que inspiraba la comedia, y también era musa de la poesía bucólica o pastoril. Era una divinidad de carácter rural y se la representaba generalmente como una joven risueña, de aspecto vivaracho y mirada burlona, llevando en sus manos una máscara cómica como su principal atributo y, a veces, un cayado de pastor, una corona de hiedra en la cabeza como símbolo de la inmortalidad y calzada de borceguíes o sandalias.


José Luis Muñoz - Talia:
Talía. Fuente.

Terpsícore (Τερψιχόρη, ‘la que deleita en la danza’); musa de la danza y poesía coral.Es representada como una joven esbelta, con un aire jovial y de actitud ligera. Guirnaldas de flores forman su corona y entre sus manos hace sonar una lira.

Terpsicore by José Luis Muñoz Luque:
Tepsicore. Fuente.

Urania (Ουρανία, ‘la celestial’); musa de la astronomía, poesía didáctica y las ciencias exactas. Es la menor de todas las musasComúnmente se la representa vestida de azul, color que representa la bóveda celeste, teniendo cerca de sí un globo terráqueo, en el cual mide posiciones con un compás que lleva en una de sus manos. Tiene una corona o diadema formada por un grupo de estrellas, de las que también su manto va repleto. A sus pies, se encuentran esparcidos algunos instrumentos de matemáticas, razón por la cual algunos la consideran de forma tácita, como musa de las matemáticas y de todas las ciencias exactas.


Urania, Muse of Astrology...1993 Jose Luis Munoz Luque (Spain, 1969) ~:
Urania. Fuente.

A pesar de la extendida creencia, no había correlación entre las artes clásicas (que por otra parte eran seis) y las Musas, siendo tal asociación una innovación posterior.

Durante la Edad Media, la representación de las musas se redujo a siete, asociándolas con las llamadas artes liberales.


NOTA: Esta entrada está viciada de copyright ya que tuve que hacer uso del artículo Musa que aparece en Wikipedia, porque lamentablemente el artículo que escribí en principio se eliminó de mí PC y no lo he podido recuperar. No obstante, esta entrada no es completamente una copia, así que no espero que me hagan  una demanda por derechos de autor... eso espero. No obstante, espero que lo disfruten. 




jueves, 25 de febrero de 2016

Los +A de la Literatura y LEYENDO


T, de Tolkien. Fuente Pinterest.

Bueno, antes de despedirme por el día de hoy quería compartirles la BIBLIOGRAFIA que tengo pensado atacar durante este fin de semana. 


En realidad, voy a volver a atacar... pero bueno, dicen que cuando algo es bueno se repite, y aquí vamos. 


Dentro de la Literatura Universal (como todos, supongo) yo tengo mis autores predilectos. Y digo predilectos pues los he leído más de una vez, y no me canso de hacerlo, y que conste que a veces me toca leerlos en versión PDF, pero es un precio que todo lector debe de pagar. 


Aunque a veces elijo más de una bibliografía para el fin de semana, esta vez solo tengo una porque me gusta comérmelo despacio, y es que se trata nada más y nada menos que de...




Extraída del blog Antigua Vamurta
EL HOBBIT, de J.R.R Tolkien (¿alguien habrá notado ya que tengo una obsesión fetiche con la Tierra Media?). Respecto a este libro tengo una anécdota que contar y es la siguiente: en mí casa la computadora duró mucho tiempo para llegar... es decir, en mí casa tuvimos una cuando ya las PC le estaban dando espacio a las laptos y eso... bueno, el caso es que para mí la Enciclopedia Encarta era un sueño hecho realidad, con toda su información encajada en una interfaz tan chula y llamativa... pues lo que ocurrió fue que una vez un amigo de la familia, un joven casi hijo de mis padres, me regaló un CD (el CD de mí entera perdición) que contenía una pequeña biblioteca en versión World y Adobe, o PDF. Entre tantos libros, incluyendo la saga casi completa de Harry Potter, yo me encontré con Tolkien, y recuerdo que ya había visto un poco de la película, así que me puse a leer el Señor de los Anillos: La Comunidad de Anillo y luego... he vuelto a leerlo... y vuelto a leerlo, en un círculo vicioso cada vez más enorme. 



Así que ya se imaginarán como es que leo a Tolkien: despacio, no vaya a escaparse algún detalle que no haya visto las veinte veces anteriores en que el leído EL HOBBIT.

La Desolación
Esta es hoy mi LEYENDO, porque no creo que nada de Tolkien merezca ser analizado... a Tolkien hay que VIVIRLO y eso solo se logra leyendo sus obras.


P.D. También  pueda que el domingo en la noche vea por fin la película, así que quiero refrescar la memoria y apuntar que me apreció y sí es muy fiel o poco fiel a la obra.


Atentamente, La Autora.-